domingo, 1 de junio de 2008



El sábado fuimos con unas compañeras al barrio de Recoleta, más específicamente donde está la Plaza Francia con el objetivo de realizar unas entrevistas para un trabajo práctico de la facultad.

El tema (a grandes rasgos y resumido) era ver cómo construían los comerciantes del barrio la idea de inseguridad, al delincuente, al "buen vecino", qué papel tenía el Estado en todo esto, cómo se veía el discurso de los medios en su propio sentido común etc.

Pero claro una no iba a ir a decirles: "Hola queremos hacerle una entrevista sobre la inseguridad", entonces íbamos a decirles que estábamos haciendo un TP para la facultad y que si nos respondían unas preguntas sobre el barrio.

Sinceramente nosotras fuimos a buscar un discurso de derecha, bien conservador, y supusimos que en ese barrio íbamos a encontrar gente que pensara por ejemplo que tienen que volver los militares, que hay matar a todos los negros de mierda y ese tipo de cosas. Eso que circula, que se escucha una y otra vez.

Pero la verdad es que me sorprendí, porque las personas no respondieron lo que yo esperaba.

Porque claro, no reflexionamos sobre un GRAN detalle, una cosa son las personas que VIVEN ahí y otros los que TRABAJAN, los empleados que están ahí un sábado y domingo a la tarde laburando por un mísero sueldo básico. Estos no son burgueses, y por laburar ahí no van a pensar como las personas que viven ahí y trabajan en otro lugar.

Nos dimos cuenta que las personas dan rodeos y evitan utilizar ciertos términos que saben que van a sonar chocantes, por ej dicen "cositas" "esos grupos" etc. Además que todos hicieron alusión a frases como "como todos saben" "lo que todos quieren" como respaldándose en un nosotros "normal". No nos explicaron lo implícito, dieron por sentado que estaban hablando de lo que nosotras ya sabíamos, y la verdad es que estuvimos muy flojas en repreguntar.

No me sentí conforme con las entrevistas. Sentí que todos dijeron lo que creyeron que estaba bien decir y no lo que realmente pensaban, no logramos entrar en confianza.
El problema principal pasaba porque no podiamos hacer preguntas explícitas del estilo: cómo describiría a un delicuente típico, o.. se siente insegura? o... qué piensa de los pobres? o... los medios reflejan la realidad?
Había que hacer preguntas generales sobre otras cosas, como por ejemplo pedirle que describiera al barrio y que de ella misma surgieran los términos. La cuestión es que nadie dijo nada demasiado sobresaliente, salvo la señora que dijo que la solución para salvar a los jóvenes era que instauraran otra vez el servicio militar. Después todo lo demás era un "no sé, es difícil, es complicado" probablemente detrás de esas respuestas había certezas, ideas propias al respecto pero que no se atrevieron a confesar.

Qué mala periodista soy.


2 comentarios:

Alvi dijo...

y si, pero es asi en todos lados, uno mayormente tiende a generalizar los problemas... a pesar de que a cada uno le pueden pasar cosas unicas, tal vez es el mismo caso para todos. Solo es cuestion de ver quien tira primero la piedra.
Tal vez para la proxima, apreta mas al entrevistado, total no perdes nada por intentarlo :)
saludos y exitos en el trabajo.

http://despistaditos.blogspot.com

MSR dijo...

A mí me pasaba lo mismo el año pasado, ahora ya aprendí a ser un poco más incisiva y cagarme en lo que vaya a pensar el entrevistado por lo que le pregunte. Es cuestión de práctica nomás y un poco de caradurismo.

Desde 22/08/07